sábado, 1 de diciembre de 2007

¿Cómo nos estamos relacionando con la comida?

En individuos obesos se han observado casi todos los tipos de trastornos psicológicos: ansiedad, culpa, frustración, depresión, los sentimientos de rechazo y vulnerabilidad y en tanto en los individuos obesos como en los no obesos el alimento adquiere una dimensión que va más allá de la meramente nutritiva. En general, la psicopatología que acompaña a la obesidad no es considerada como la causa primaria de la misma, aunque si es importante detectarla para poder dar un correcto tratamiento. Es importante ayudar a la persona con sobrepeso a detectar los patrones de alimentación que contribuyen a su exceso de peso. Que el reconozca y comprenda el significado que para el tienen los alimentos, nos va a ayudar a tratar de modificar las conductas perjudiciales que hay en relación a estos.



El tema aquí se trata de modificar los hábitos alimenticios. Una técnica muy recomendada es la de la escuela de skinner, basada en lo que se ha llamado condicionamiento operante, un buen ejemplo puede ser el apetito, ya que cuando es saciado provoca placer, entonces relacionamos alimento con placer, por lo tanto se deduce que en ocasiones de malestar psíquico este puede desaparecer o aminorase mediante la ingestión de alimentos sin que necesariamente se haya sentido hambre. Con base a lo anterior se sugiere que una conducta es aprendida y por lo tanto puede ser modificada.
Para ello hay que propiciar que el paciente se haga conciente de sus actos, por ejemplo si la sensación de aburrimiento provoca apetito, se deberá guiar al individuo para que cuando esto suceda no tenga a su alcance alimentos listos para consumirse, pues de esta forma dispondrá del tiempo necesario para pensarlo, hacerlo consciente y buscar otra actividad que lo distraiga. Por otra parte, por lo general el obeso o la persona con sobrepeso se siente culpable al comer, y esto le causa una sensación de angustia que alivia con más comida, hay que alentar a la persona con sobre peso disfrute de la comida, y establecer con el una relación sana con esta. Hay que evaluar de manera continua la conducta alimentaría del paciente, he identificar errores como estos u otros para poder tratarlos y por consiguiente proyectarnos a establecer conductas alimentarías sanas por periodos prolongados. El proceso de pérdida de peso es un proceso que debe realizarse de manera lenta, no solo por motivos fisiológicos, como que el cuerpo no puede movilizar mas de ½ Kg. de grasa a la semana, sino también por aspectos conductuales, cambiar hábitos alimenticios, que han sido seguidos por años, exige tiempo y dedicación, y un apoyo que aliente las conductas positivas del paciente que lo hagan continuar.

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Ana Elisa Flores Ruiz de Castilla


Nutricionista

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